Buenos Aires fue escenario esta semana de un debate que excede largamente al mundo tecnológico y se proyecta de lleno sobre la geopolítica del futuro. En el marco de ID Latam 2025, se lanzó oficialmente Diplomacia Ciudadana, una fundación que busca posicionar a la Identidad Digital (ID) como uno de los principales campos de disputa estratégica a nivel global y consolidar a la Argentina como un actor relevante en la alianza tecnológica con Estados Unidos.
El evento reunió a referentes internacionales y locales del ecosistema de blockchain, inteligencia artificial, gobernanza digital y seguridad, con la participación de representantes de la ONU y del Departamento de Estado norteamericano. El diagnóstico compartido fue contundente: la identidad digital ya no es sólo una herramienta tecnológica, sino un nuevo eje de poder, conflicto y construcción de confianza en las sociedades modernas.
“La identidad digital va a definir el poder ciudadano en los próximos años y necesita ser protegida”, afirmó Fernando León, presidente de Diplomacia Ciudadana, durante la apertura. Según explicó, la fundación —acreditada ante organismos como la ONU, el G7 y el G20— es la primera en América Latina en crear un punto focal específico sobre Identidad Digital, en línea con la estrategia de cooperación que impulsa el Gobierno argentino con Estados Unidos.
El lanzamiento contó con la presencia de Marcelo Gandaria, coordinador del programa IVLP del Departamento de Estado, y Dino Del’Accio, Chief Digital Officer de Naciones Unidas, quienes recibieron menciones honorarias. Para León, ambos representan “un puente clave para impulsar la innovación tecnológica y los sistemas de confianza en la región”.
Más allá del gesto institucional, el mensaje fue político. León advirtió que América Latina enfrenta un doble desafío: proteger derechos humanos frente a modelos autoritarios que utilizan la tecnología como mecanismo de control y, al mismo tiempo, cerrar la brecha digital que excluye a millones de ciudadanos del acceso a servicios públicos modernos. “No podemos dejar la construcción de la confianza digital sólo en manos del Estado o del mercado. El ciudadano tiene que ser un actor central”, subrayó.
Identidad Digital ID Latam 2025
Tres desafíos que dejó ID Latam 2025
A lo largo de la jornada, especialistas coincidieron en que la Identidad Digital se convirtió en el núcleo de los riesgos y oportunidades que enfrenta la región. De ese debate surgieron tres ejes críticos.
Fraude y crisis de confianza. El crecimiento del fraude digital fue señalado como una amenaza sistémica. Alexander Ditzend, presidente de la Sociedad Argentina de Inteligencia Artificial (SAIA), alertó sobre la acumulación excesiva de datos en plataformas centralizadas: “Las grandes apps concentran información que no necesitan y la gestionan de forma centralizada. Así, el sistema deja de ser sostenible”. En la misma línea, Guillermo Villanueva, CEO de Extrimian, citó datos del Foro Económico Mundial: “De cada dólar de la economía digital, 40 centavos se pierden en fricción y fraude, y esa cifra va camino al 50%”.
Para los expertos, sin una identidad digital segura y verificable, cualquier intento de modernización económica o estatal queda expuesto. “El enfoque tradicional es reaccionar después del fraude. Eso hay que cambiarlo”, sostuvo Gloria Vailati, asesora ejecutiva en IA de Oracle para Sudamérica.
Privacidad en riesgo. El segundo consenso fue que la identidad digital actual vulnera derechos básicos. La mayoría de las aplicaciones solicita y almacena datos personales muy por encima de lo necesario, consolidando estructuras de poder sobre los usuarios. Jeffrey Siler, VP de Commercial Input Output Global (IOG), planteó que Argentina tiene una oportunidad estratégica: “Puede exportar sistemas de identidad justos para toda la región. La tecnología también puede ser una barrera contra gobiernos autoritarios”. En ese sentido, Santiago Siri, presidente de Democracy Earth Foundation, fue tajante: “La vulnerabilidad de todos los sistemas es la identidad. La privacidad es un derecho que perdimos en la red y debemos recuperar”.
Modernización del Estado. El tercer eje fue institucional. Desde el sector público reconocieron avances desiguales y la necesidad de actualizar marcos normativos. El juez Mariano Borinsky, coordinador del nuevo Código Penal, explicó que la justicia argentina ya está incorporando delitos vinculados a inteligencia artificial, falsificación digital y fraudes complejos. “No puede haber Estado digital sin identidad confiable”, resumió.
El consenso final fue claro: sin estándares internacionales, interoperabilidad y participación ciudadana, la Identidad Digital puede convertirse en una nueva fuente de vulnerabilidad. Con reglas claras y gobernanza democrática, en cambio, puede ser una herramienta decisiva para el desarrollo, la inclusión y la soberanía tecnológica.
Con el lanzamiento de Diplomacia Ciudadana, el debate dejó de ser técnico para asumir una dimensión política y geopolítica. Como se repitió a lo largo de ID Latam 2025, la disputa por la identidad digital ya empezó, y definirá quién construye confianza -y poder- en la próxima década.
Ambito.-
