La actitud de un entrenador durante una maratón en la ciudad Incheon (Corea del Sur) generó un debate internacional por la situación que vivió una corredora. Es que, al momento de cruzar la línea de meta, el hombre la abrazó con una toalla y se notó su molestia.
Las imágenes de la conducta del entrenador Kim Wan-gi tras la llegada de la atleta Lee Su-min en el Maratón Internacional de Incheon se viralizaron en redes sociales, luego de que la deportista afirmara que experimentó dolor físico y que no recibió disculpa alguna por parte del hombre de 57 años.
El incidente ocurrió el pasado 23 de noviembre en el distrito de Songdo, Incheon, donde Lee (27), representante del equipo del Ayuntamiento de Samcheok, se consagró como la primera en cruzar la meta en la división femenina nacional con un tiempo de 2h 34m 41s. Tras finalizar la carrera, Kim se acercó e intentó cubrirla con una toalla —una práctica habitual para evitar la hipotermia—, pero las imágenes difundidas por KBS Sports mostraron a la atleta visiblemente incómoda. La corredora apartó el brazo de su entrenador mientras este insistía, lo que alimentó la controversia.
La discusión escaló cuando medios como The Korea Herald replicaron el video y los comentarios de usuarios que cuestionaron al entrenador: “Miren las manos del entrenador…”, escribió uno. Otros agregaron: “¿Protegerla de qué? Déjenla cruzar la meta”, “la persona que corre sabe lo que quiere, respétenla” y “el entrenador debe saber que está exhausta y debe recuperar su aliento”.
La versión de la corredora
En una declaración publicada en Instagram el 25 de noviembre, Lee Su-min aclaró que nunca calificó el episodio como “acoso sexual”, pese a las interpretaciones de algunos usuarios. Según explicó, “el problema central no es si hubo o no intención sexual”, sino que “experimenté un dolor intenso debido a un contacto físico repentino y fuerte justo después de terminar la carrera”.
Relató que se encontraba desorientada y con dificultad para respirar cuando “de repente sentí un tirón muy fuerte en el costado de mi cuerpo”. Añadió: “En ese instante, sentí un dolor agudo en el pecho y el plexo solar, y aunque intenté resistirme, la presión sobre mi brazo dificultaba que pudiera zafarme”.
La atleta también expresó su molestia por la reacción posterior del entrenador. Dijo que solo después supo que había sido Kim quien la sujetó y que, al comentarle el dolor que sintió, “no hubo una disculpa concreta ni reconocimiento de que hubiera actuado mal. En cambio, desvió la conversación”.
Además, criticó que el entrenador hiciera declaraciones públicas antes de hablar con ella: “Fue impactante verlo declarar que no había hecho nada malo sin haber conversado conmigo previamente. Que alguien responsable de proteger a los atletas emita explicaciones públicas sin antes hablar conmigo fue angustiante y confuso”, afirmó en la declaración replicada por The Korea Times.
La maratonista señaló que, aún cuando la controversia crecía, Kim no intentó comunicarse con ella. Explicó que decidió publicar su versión para evitar que se repitan situaciones similares: “Tengo miedo de las posibles consecuencias, pero consideré necesario describir con claridad lo que sentí y experimenté para evitar que esto vuelva a ocurrir”.
El descargo del entrenador tras la polémica
Luego de que el video diera la vuelta al mundo y la maratonista hiciera público su testimonio, Kim Wan-gi dio su versión. “Fue un malentendido causado cuando su plexo solar golpeó mi brazo”, sostuvo el entrenador principal del equipo de atletismo del Ayuntamiento de Samcheok, negando cualquier contacto inapropiado.
Justificó su accionar explicando que ese tipo de asistencia es habitual al finalizar la prueba: “Las maratones son muy exigentes. Muchas atletas se desploman o se desmayan nada más cruzar la meta. Si no las apoyamos de inmediato, pueden caerse y lesionarse”, dijo en una entrevista con News1.
Añadió un ejemplo: “En la Maratón de Chuncheon, una de nuestras corredoras casi se desmaya. La sostuve, pero estaba tan débil que terminó con moretones en las rodillas”.
Sobre lo conversado con la atleta, indicó: “Me dijo: ‘Entré a toda velocidad y mi plexo solar te golpeó el brazo. Me dolió tanto que instintivamente me aparté’. Se disculpó, diciendo que el momento se mostró en televisión. Le dije que se había esforzado mucho”.
Kim reconoció que las imágenes podrían resultar inquietantes: “Desde la perspectiva de un espectador, ver a un entrenador sujetar a un atleta y luego este empujarlo podría parecer inapropiado. Pero en el atletismo, esto sucede constantemente”, remarcó.
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