Las fuerzas de seguridad brasileñas ejecutaron este martes el mayor operativo en la historia de Río de Janeiro contra el Comando Vermelho (CV), la organización criminal más influyente del estado.
El despliegue, que movilizó a más de 2.500 agentes, helicópteros, vehículos blindados y equipos de demolición, tuvo como blanco los complejos de favelas de Penha y Alemão, considerados los principales bastiones de la facción.
El objetivo del operativo fue frenar el proyecto de expansión territorial del grupo, que amenazó con extender su dominio sobre nuevas regiones de Brasil.
Qué es el Comando Vermelho
El Comando Vermelho nació en las cárceles de Río de Janeiro en la década de 1970 y, con el tiempo, se consolidó como la facción criminal más poderosa del estado. Su estructura combina elementos del narcotráfico, el tráfico de armas y la extorsión, con un rígido sistema jerárquico y una amplia red de colaboradores.
Su centro de operaciones se mantiene en las favelas de Río, pero su influencia ya alcanza 25 estados y el Distrito Federal. De acuerdo con el Ministerio Público de Río de Janeiro (MPRJ), los complejos de Penha y Alemão son puntos estratégicos por su conexión con las principales autopistas de la ciudad, lo que facilita el tráfico de drogas y armas hacia otras regiones.
La estrategia de expansión
El crecimiento del CV responde a una estrategia de “nacionalización del crimen”. La organización se asocia con facciones locales en diferentes estados y ofrece refugio a narcotraficantes de otras regiones en los territorios que controla.
De esta manera, la facción no solo amplía su red, sino que exporta su modelo criminal.
Durante la operación de esta semana, las autoridades confirmaron que el Comando Vermelho utilizó drones para lanzar granadas contra las fuerzas especiales del Core y el BOPE, en lo que fue descrito como un “bombardeo aéreo criminal”.
El uso de estos dispositivos marcó un salto en las tácticas delictivas, ya que permite a los delincuentes atacar a distancia sin exponerse al fuego directo. Las autoridades decomisaron 42 fusiles y detuvieron a 81 personas, entre ellas líderes y operadores financieros del grupo.
El impacto del operativo fue profundo: 45 escuelas cerradas, suspensión de servicios de salud y desvío de rutas de transporte público.
Edgard Alves de Andrade, alias Doca, como el principal líder del CV en el Complejo de Penha. Junto a él operan Pedro Paulo Guedes (“Pedro Bala”), Carlos Costa Neves (“Gadernal”) y Washington César Braga da Silva (“Grandão”), señalados como jefes que emiten órdenes sobre narcotráfico, control territorial y ejecuciones internas.
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