JP Morgan redujo su estimación de crecimiento para la economía argentina en medio de la incertidumbre electoral y la volatilidad de las tasas de interés. El banco de inversión estadounidense ajustó su previsión anual del PBI a 4,7%, desde el 5,3% proyectado previamente, y anticipó una contracción del 0,8% en el tercer trimestre de 2025.
El informe, publicado el último viernes, destacó que la actividad económica en junio mostró señales de enfriamiento: corrigió a la baja 0,7% mensual tras una caída del 0,2% en mayo, lo que dejó un crecimiento trimestral marginal del 0,3%, muy inferior al 3,7% anualizado del primer trimestre.
La entidad advirtió además sobre la desaceleración del crédito en moneda local, con un crecimiento real cercano al 1% en el segundo semestre, mientras que las altas tasas de interés impulsan la morosidad en familias y empresas.
Entre los indicadores adelantados para julio se registraron caídas en las ventas de autos (-10,4%), la producción industrial (-2,8%), el consumo de cemento y las ventas minoristas. No obstante, los ingresos fiscales crecieron 4,3% mensual y las exportaciones en valor avanzaron 3,1%. Según JP Morgan, la recuperación sigue siendo desigual y con sectores intensivos en empleo todavía rezagados, como construcción e industria, ambos por debajo de los niveles de 2017 y 2022.
En el plano fiscal, el banco resaltó que el Gobierno logró evitar en Diputados el impacto del aumento jubilatorio impulsado por la oposición, aunque la Cámara baja revocó el veto presidencial a la ley de emergencia en discapacidad, con un costo estimado de 0,3% del PBI pendiente de definición en el Senado. Aun así, el informe subrayó que el superávit primario acumulado en julio alcanzó 1,1% del PBI y proyectó un resultado primario de 1,7% del PBI para el año, con un resultado financiero total positivo de 0,4% en 2025.
Respecto al financiamiento, JP Morgan estimó que los vencimientos de deuda en pesos hasta fin de año representan el 11,5% del PBI, de los cuales el 4,6% corresponde al sector privado. Calculó además que el roll-over cerraría en 80% para el sector público y 50% para el privado, aunque advirtió que este nivel de refinanciación exigirá mantener tasas reales positivas y altos encajes para absorber liquidez. La entidad concluyó que la normalización de las condiciones de mercado será clave para sostener la estabilidad fiscal y monetaria en el mediano plazo.
