¿Te gustaría disfrutar unas croquetas caseras, crujientes por fuera y cremosas por dentro? Entonces no te pierdas esta sencilla receta que combina el sabor del pollo y el jamón para crear un bocado irresistible. Son perfectas como aperitivo o plato principal y sorprenderán a toda la familia.
Ingredientes: 200 g de pechuga de pollo cocida y picada, 100 g de jamón picado en dados, 50 g de manteca, 3 cucharadas de harina, 300 ml de leche, 2 huevos, pan rallado, aceite para freír, sal y pimienta al gusto, nuez moscada (opcional).
Preparación:
En una sartén grande, derrite la manteca a fuego medio y añade la harina, removiendo constantemente para formar un roux. Cocina durante unos minutos hasta que la mezcla adquiera un color dorado suave.
Agrega poco a poco la leche, sin dejar de remover, hasta obtener una masa espesa y homogénea. Cocina unos minutos más para que la mezcla se espese bien.
Incorpora el pollo picado y el jamón, salpimienta al gusto y añade una pizca de nuez moscada si deseas. Mezcla bien y cocina unos minutos más.
Vierte la masa en un recipiente y cubre con papel film, dejando que se enfríe en la nevera durante aproximadamente 2 horas para facilitar su manejo.
Con las manos humedecidas, toma porciones de la masa y dales forma cilíndrica o redonda.
Pasa las croquetas por huevo batido y luego por pan rallado, asegurando que queden bien cubiertas.
En una sartén con abundante aceite caliente, fríe las croquetas hasta que estén doradas y crujientes. Escurre sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
Para un toque aún más crujiente, puedes rebozar las croquetas dos veces en huevo y pan rallado.
