El gigante chino Shein atraviesa una de sus peores crisis de reputación en Europa. La empresa, conocida por su modelo de moda rápida y precios bajos, está siendo investigada en Francia por vender en su plataforma muñecas sexuales con apariencia infantil, un delito castigado con hasta siete años de prisión y multas de 100.000 euros.
El escándalo estalló justo cuando la firma se preparaba para inaugurar este miércoles su primer local físico en el mundo, en el histórico Bazar de l’Hôtel de Ville (BHV), uno de los edificios comerciales más emblemáticos de París. Pero lo que debía ser una celebración global se transformó en un verdadero problema político y judicial: las autoridades francesas analizan expulsar a Shein del país.
El caso tomó estado público tras una investigación del diario Le Parisien, que publicó imágenes de las muñecas comercializadas en la web de Shein. Una de ellas, de 80 centímetros de altura y sosteniendo un osito de peluche, fue señalada como ejemplo de contenido pedófilo.
La Dirección General de Competencia, Consumo y Lucha contra el Fraude (DGCCRF) denunció formalmente a la empresa y alertó al Ministerio de Economía y Finanzas, encabezado por Roland Lescure, quien reaccionó con dureza.
“Estos artículos horribles son ilegales. Si este comportamiento se repite, solicitaré que Shein sea prohibida en el mercado francés”, advirtió el ministro.
El funcionario recordó que, según la legislación vigente, las plataformas están obligadas a eliminar contenido prohibido en un plazo máximo de 24 horas, y que el incumplimiento puede derivar en el bloqueo del sitio web y en sanciones penales para sus responsables.
La investigación
Aunque Shein aseguró haber retirado “de inmediato” los productos de su tienda online, la justicia francesa ya abrió una investigación penal para determinar responsabilidades. El contexto es aún más complejo, dado que AliExpress también enfrenta denuncias similares por comercializar muñecas de características análogas.
El caso reavivó el debate sobre la regulación del comercio electrónico internacional y los límites de las plataformas asiáticas que operan en Europa. Las autoridades de Bercy (Ministerio de Economía francés) confirmaron que, si Shein no demuestra un control efectivo sobre los contenidos publicados por terceros, podría ser bloqueada por los motores de búsqueda y proveedores de internet.
Un golpe a su imagen
El escándalo ocurre en el peor momento para la compañía. El 80% de los franceses, según una encuesta citada por medios locales, apoya la expulsión de Shein del país. Además, varias marcas francesas se retiraron del BHV en protesta por la llegada de la empresa china, en defensa del comercio local y del prestigio del histórico centro comercial.
Desde la compañía aseguran que colaborarán “plenamente” con las autoridades y que mantienen una política de “tolerancia cero con el contenido ilegal”, intentando evitar un bloqueo que podría tener consecuencias internacionales.
Con una investigación judicial en marcha, un ministro decidido a aplicar sanciones y la opinión pública en su contra, Shein enfrenta un escenario de riesgo inédito en Europa. Lo que comenzó como una estrategia de expansión hacia el comercio físico podría terminar convirtiéndose en el mayor golpe reputacional hasta el momento.
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