Cómo hacer ravioles de espinaca caseros

Cómo hacer ravioles de espinaca caseros

Los ravioles de espinaca son un clásico de la cocina casera que combina sabor, tradición y una textura deliciosa. Rellenos con espinaca y ricota, y acompañados con una buena salsa, son la opción ideal para un almuerzo en familia o una comida especial. En este artículo te contamos paso a paso cómo hacer ravioles de espinaca en casa, desde la masa hasta el relleno.

 

Ingredientes

Para la masa:

500 g de harina común

4 huevos

1 cucharada de aceite

1 pizca de sal

Para el relleno:

500 g de espinaca fresca o congelada

300 g de ricota

1 huevo

3 cucharadas de queso rallado (tipo parmesano)

Sal, pimienta y nuez moscada a gusto

Para la cocción:

Agua y sal

Salsa a elección (fileto, crema, manteca y salvia, etc.)

 

Paso a paso

1. Preparar la masa

Colocá la harina en forma de corona sobre la mesada. En el centro, agregá los huevos, el aceite y la sal. Mezclá con un tenedor y luego amasá con las manos hasta obtener una masa lisa y uniforme. Dejá descansar tapada con un paño por 30 minutos.

2. Preparar el relleno

Cociná la espinaca (al vapor o hervida), escurrila muy bien y picala finamente. Mezclala con la ricota, el huevo, el queso rallado y condimentá con sal, pimienta y nuez moscada. Reservá en la heladera.

3. Armar los ravioles

Dividí la masa en porciones y estirá con palote o máquina de pastas hasta lograr un espesor fino. Colocá montoncitos del relleno dejando espacio entre ellos. Cubrí con otra lámina de masa, presioná bien alrededor del relleno para sacar el aire y cortá los ravioles con un cortapasta o rueda.

Sellá los bordes con los dedos o con un tenedor para evitar que se abran durante la cocción.

4. Cocinar los ravioles

Herví abundante agua con sal y cociná los ravioles en tandas. Estarán listos cuando suban a la superficie (aproximadamente 3 a 5 minutos).

5. Servir

Escurrí y serví con tu salsa favorita: salsa de tomate casera, crema con nuez, pesto o simplemente manteca y queso.

 

Consejos 

Escurrí bien la espinaca y la ricota para evitar que el relleno quede aguado.

Si hacés muchos, podés congelarlos crudos, espolvoreados con harina en bandejas. Luego los pasás a bolsas una vez que estén congelados.

Podés sumar nueces, ajo salteado o albahaca al relleno para darle un toque diferente.

 



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