
El cuerpo de Erica fue encontrado en su domicilio el pasado 28 de julio. Inicialmente, la Justicia consideró la hipótesis de un suicidio. Sin embargo, con el avance de las pericias, las sospechas comenzaron a apuntar a un crimen.
La certeza de que se trataba de un femicidio llegó cuando los padres de Joaquín Pérez se presentaron espontáneamente en una comisaría de Resistencia con una nota de su hijo en el que admitía «Maté a Erika, lo siento mamá».
Con esta especie de confesión, la fiscal Benítez ordenó la detención inmediata de Pérez. En un operativo conjunto entre las policías del Chaco y Corrientes, el acusado fue capturado en el paraje Sao Borjita, provincia de Corrientes, mientras viajaba en un micro con destino a Misiones.

Pérez está imputado por el delito de homicidio doblemente calificado, por el vínculo y por haber sido cometido en un contexto de violencia de género (femicidio), según lo estipulado en el artículo 80, incisos 1 y 11, del Código Penal y en el marco de la Ley 26.485 de Protección Integral a las Mujeres. Desde su detención, permanece alojado en una dependencia policial a la espera del juicio.
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