Una vez constituida en el lugar, la prevención constató lo informado. La serpiente, en actitud defensiva, fue capturada con elementos disponibles y colocada cuidadosamente dentro de un recipiente plástico para su resguardo.
Por razones de seguridad, el animal fue trasladado a un descampado en las afueras de la localidad, donde fue liberado en su hábitat natural, evitando así cualquier riesgo para las personas.
Asimismo, se mantuvo comunicación con personal de la Brigada Operativa Ambiental (BOA), a quienes se les enviaron imágenes del reptil para su identificación. Los especialistas confirmaron que se trataba de una Micrurus pyrrhocriptus, conocida comúnmente como coral verdadera, especie venenosa autóctona del norte argentino.
Gracias a la rápida intervención policial y al trabajo conjunto con personal especializado, la situación fue resuelta sin incidentes, priorizando tanto la seguridad de los vecinos como la preservación de la fauna silvestre.
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