Empató 2-2 con Palmeiras en Brasil. En la ida, había ganado 2-0. Ábila y Benedetto, éste en el peor momento del “Xeneize”, anotaron los goles. El primer Superclásico, en »
Boca impuso su autoridad y un juego ordenado y efectivo para clasificarse este miércoles a la final de la Copa Libertadores, en la que definirá en un duelo histórico ante River, tras empatar como visitante 2 a 2 ante Palmeiras, en el encuentro disputado en el estadio «Parque Allianz» por la revancha de las semifinales.
Los goles del equipo «boquense» fueron marcados por Ramón «Wanchope» Ábila, a los 17 minutos del primer tiempo, y Darío Benedetto, a los 25 del complemento, mientras que para Palmeiras anotaron Luan, a los 2, y Gustavo Gómez, de penal, a los 15, ambos en la segundo mitad.
Con este resultado, Boca pasó a la final, dado que en el partido de ida disputado como local se había impuesto por 2 a 0 con los dos goles de Benedetto.
El martes, River había pasado a la final tras un heroico triunfo en Porto Alegre por 2 a 1 ante Gremio, luego de perder en el Monumental por 1 a 0 en la ida y de empezar en desventaja 1-0 la revancha.
El partido de ida de la final se disputará el próximo miércoles 7 de noviembre en «La Bombonera», mientras que la revancha aún no tiene fecha definida, porque estaba programada para el 28 del mes siguiente, pero en Buenos Aires no puede realizarse por la reunión del G20.
Boca pegó primero
“El Xeneize” fue el que salió a buscar el partido, con autoridad y sabiendo que el objetivo final era acceder a la definición con River y sabiendo, además, que Palmeiras tenía la necesidad de dar vuelta el 2-0 en Buenos Aires.
A los 10, Deyverson quedó en una posición dudosa y, tras un centro al medio, Bruno Enrique marcó el gol, pero desde el VAR le indicaron al árbitro Wilmar Roldán que había offside y por eso la conquista no fue convalidada.
La respuesta llegó con un cabezazo de «Wanchope» Ábila que Weverton controló en la línea y luego con un disparo desde afuera de Nández, que desvió Pavón y el balón se fue muy cerca del poste izquierdo.
En un veloz ataque que Jara cedió para Villa, el colombiano desbordó por derecha y el centro al corazón del área lo conectó Ábila para abrir el marcador con un toque suave ante la pasividad de Weverton.
Palmeiras salió desesperado a buscar el empate y la hazaña de cuatro goles, pero Boca se mostró mucho más aplomado y jugando con los nervios del equipo paulista.
A los 25, el paraguayo Gómez le ganó en lo alto a la defensa boquense y su cabezazo fue bien contenido por Rossi junto a un palo.
El partido se jugó al ritmo que impuso Boca, en especial por lo que dispusieron Pablo Pérez y Wilmar Barrios, para salir rápido en ataque con Pavón y Villa, mientras que Ábila aguantó siempre la marca de los defensores del equipo paulista.
Palmeiras se fue con todo, pero apareció Benedetto otra vez
A poco de comenzar el segundo tiempo, el equipo paulista trató de llevarse por delante a Boca y, a los 2, Lucas Lima remató de zurda y Rossi sacó con los pies al córner.
En un mal retroceso de la defensa boquense, el balón le quedó a Luan, quien con un tremendo derechazo dejó sin chances a Rossi, que nada pudo hacer, para el empate transitorio.
En el mejor momento de Palmeiras, porque Boca no siguió ajustando las marcas como en el inicio, lo tuvo Borja, pero el balón se fue cerca del travesaño.
Gustavo Barros Schelotto, quien reemplazó a su hermano Guillermo, mandó a Benedetto por un cansado Ábila para seguir manteniendo la presión en ataque.
Con Benedetto en cancha, el gol siempre está presente y, tras una buena jugada colectiva, “El Pipa” remató desde afuera del área y colocó el balón lejos del alcance de Weverton.
Otra vez con el empate, pero con un Palmeiras disminuido anímicamente, Boca jugó con el reloj, los espacios y los nervios del rival y, a los 31, Zárate estrelló un tiro libre en el travesaño.
El sacrificio defensivo que hizo Barrios y toda la defensa boquense le permitió al equipo auriazul mantener a Palmeiras a raya y hasta se dio el lujo de sacar a Pérez para preservarlo por el histórico Gago.