El Sumo Pontífice alertó que la humanidad vive en medio de una «economía que deshumaniza», en un «mundo de cálculos y algoritmos, de frías lógicas e intereses implacables».
El papa Francisco no estará presente el tradicional Vía Crucis de Semana Santa llevado a cabo en Roma en el Viernes Santo, debido a su cuadro de salud, pero compartió las reflexiones escritas que se leerán en la celebración. «La economía de Dios no mata, no descarta, no aplasta; es humilde, fiel a la tierra», aseveró en su mensaje.
«Tú eres, Jesús, el Señor de la alegría», indicó en el escrito hecho público, y agregó: «En tí todos nos encontramos y somos llevados a casa, como la única oveja que se había perdido. Deshumana es la economía en la que noventa y nueve valen más que uno. Sin embargo, hemos construido un mundo que funciona de ese modo; un mundo de cálculos y algoritmos, de frías lógicas e intereses implacables. La ley de tu casa, economía divina, es otra, Señor. Volvernos a ti, que caes y te levantas, es un cambio de ruta y un cambio de paso. Conversión que devuelve alegría y nos lleva a casa».
«En el camino de la cruz nuestro rostro, como el tuyo, puede volverse finalmente resplandeciente y derramar bendiciones. Has grabado en nosotros la memoria, presentimiento de tu regreso, cuando nos reconocerás con la primera mirada, uno a uno», publicó Francisco en su cuenta de X donde dejó un enlace con la reflexión completa.
El rol del papa Francisco en el inicio de los rituales por Semana Santa
El Sumo Pontífice no estuvo presente en la misa Crismal, celebrada en la basílica de San Pedro, aunque si envío un mensaje para ser reproducido durante el evento.
En detalle, la misa Crismal se abre el llamado Triduo pascual y comienzan los ritos de la Semana Santa. Los fieles a lo largo y ancho del mundo esperan que Francisco se ausente físicamente de los diferentes eventos, en medio de su periodo de convalecencia tras estar 38 días internado en el Hospital Gemelli de Roma, del que fue dado de alta el pasado 23 de marzo.
A pesar de ausentarse físicamente, Francisco dijo presente a través de diferentes mensajes. En la misa inicial –oficiada por el cardenal Domenico Calcagno– la homilía leída fue escrita por el argentino: “El campo es el mundo. Nuestra casa común, tan herida, y la fraternidad humana, tan negada pero imborrable, nos llaman a tomar posición”, rezaba parte del mensaje.
“La cosecha de Dios es para todos: un campo vivo, donde crece cien veces más de aquello que fue sembrado. Que nos anime, en la misión, la alegría del Reino, que recompensa todo esfuerzo”, añadió.
Otro de los numerosos mensajes del Papa fue: “El año jubilar representa así, para nosotros los sacerdotes, un llamado específico a recomenzar bajo el signo de la conversión. Peregrinos de esperanza, para salir del clericalismo y convertirnos en anunciadores de esperanza”.