La Policía de Australia presentó este miércoles cargos formales contra Naveed Akram, acusado de haber participado junto a su padre en el ataque armado ocurrido el domingo pasado en la playa de Bondi, en Sidney, durante los festejos de Janucá, que dejó 15 personas asesinadas.
El imputado enfrenta 59 cargos, entre ellos 15 por homicidio, delitos de terrorismo, exhibición de símbolos terroristas prohibidos y colocación de explosivos en zonas públicas.
Según informaron las autoridades del estado de Nueva Gales del Sur, la acusación se formalizó luego de que Akram saliera del coma en el hospital donde permanece internado con heridas de gravedad. La Policía indicó que el acusado deberá comparecer ante el tribunal mediante videoconferencia, dado su estado de salud.
En un comunicado oficial, las fuerzas de seguridad señalaron que alegarán ante la Justicia que Akram “participó en actos que causaron la muerte y lesiones graves, poniendo en peligro la vida de otras personas, con el objetivo de promover una causa religiosa extremista y sembrar el miedo en la comunidad”.
Las primeras investigaciones apuntan a que el ataque estuvo inspirado por la ideología del Estado Islámico (EI), organización considerada terrorista por Australia.
El atentado se extendió durante aproximadamente nueve minutos y tuvo como blanco a personas que participaban de una celebración judía en uno de los puntos turísticos más concurridos de Sidney. Las víctimas tenían edades comprendidas entre los 10 y los 87 años, y hasta el momento doce de ellas fueron identificadas oficialmente.
Durante el operativo policial, Sajid Akram, de 50 años, padre del acusado y señalado como el segundo atacante armado, murió tras ser abatido por la policía en el lugar de los hechos. Las autoridades confirmaron que actuó de manera conjunta con su hijo.
La comisionada de la Policía Federal Australiana, Krissy Barrett, sostuvo que por el momento no existen indicios de la participación de otras personas, aunque aclaró que la investigación continúa abierta y que las conclusiones podrían modificarse a medida que avancen las pericias.
Entre las víctimas fatales se encuentra Eli Schlanger, conocido como el “rabino de Bondi”, quien fue la primera persona en ser sepultada tras un homenaje realizado en la sinagoga Chabad de la zona. El ataque generó una profunda conmoción en la sociedad australiana y reavivó el debate sobre el extremismo violento y la seguridad en eventos públicos.
Con información de la Deutsche Welle.
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