Ahmed al Ahmed tiene 43 años, es comerciante, musulmán y dueño de una frutería en Bondi Beach, uno de los barrios más concurridos de Sidney. Sin entrenamiento militar ni conocimientos en el uso de armas, su intervención resultó clave para evitar una tragedia aún mayor durante el ataque armado ocurrido este último domingo en el marco de los festejos de Janucá, que dejó al menos 16 personas asesinadas y decenas de heridos.
El hombre se encontraba trabajando cerca de su local cuando comenzó el tiroteo, perpetrado por dos atacantes que dispararon contra los asistentes a la celebración judía. Lejos de huir, Ahmed decidió intervenir.
Según relató su primo, Mustafá al Ahmed, a medios locales, se trata de “un ciudadano común”, casado y padre de dos hijos, que jamás había tenido contacto previo con armas ni entrenamiento para enfrentar una situación de ese tipo.
Imágenes registradas por testigos y difundidas en redes sociales muestran el momento en que Ahmed, vestido con una remera blanca, se aproxima por detrás a uno de los agresores.
Tras un breve forcejeo, logra desarmarlo, le quita el fusil y lo mantiene a raya hasta la llegada de la Policía. En ese instante, levanta las manos y hace gestos claros para indicar que no forma parte del ataque, apoya el arma contra un árbol y se retira del lugar.
Durante esa secuencia, el segundo atacante abrió fuego contra él, hiriéndolo en el hombro derecho y en una mano. Ahmed fue trasladado de urgencia a un hospital, donde debió ser intervenido quirúrgicamente y permanece internado, aunque fuera de peligro.
Las autoridades confirmaron que su acción permitió reducir el alcance del ataque y evitar que el número de víctimas fatales fuera aún mayor.
Tras conocerse su identidad y su estado de salud, familiares y allegados impulsaron una campaña solidaria en la plataforma GoFundMe para colaborar con los gastos médicos y la recuperación del comerciante. En poco más de 24 horas, la iniciativa superó el millón de dólares, con alrededor de 18.000 donaciones.
Entre los aportes más destacados figura una contribución de 100.000 dólares del empresario estadounidense Bill Ackman, mientras que miles de ciudadanos anónimos expresaron su reconocimiento y apoyo desde distintos puntos del mundo.
El primer ministro del estado de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, visitó personalmente a Ahmed al Ahmed en el hospital y elogió su accionar: “Sin duda, se habrían perdido muchas más vidas de no ser por su valentía desinteresada”, afirmó.
En la misma línea, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, sostuvo que el episodio dejó una imagen poderosa en medio del dolor: “Hoy hemos visto a australianos correr hacia el peligro para ayudar a otros. Su valentía ha salvado vidas”.
Desde Estados Unidos, el presidente Donald Trump también destacó el gesto durante una recepción en la Casa Blanca, donde expresó su “gran respeto” por Ahmed y lo calificó como “una persona muy, muy valiente” por enfrentar directamente a uno de los atacantes.
En redes sociales, el comerciante fue definido como “héroe nacional”, y su nombre comenzó a circular incluso como posible candidato a “Persona del Año” de la revista Time, mientras continúa su recuperación tras un hecho que conmocionó a Australia y tuvo impacto global.
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