Murieron 32 personas cuando el crucero más grande que se haya construido en Italia chocó contra unas rocas a metros de la costa toscana. Qué responsabilidad tuvo el capitán y cuál fue su destino.
Hoy se cumplen 10 años de una de las mayores tragedias marítimas de Italia: el crucero más grande construido en ese país, el Costa Concordia, encalló el 13 de enero de 2012 a metros de la costa toscana, provocando la muerte de 32 personas.
Por entonces, Italia atravesaba una grave crisis económica, e incluso, la peor recesión desde la década de 1930.
La embarcación era gigantesca, de 17 pisos y 114.500 toneladas y con más de 4000 pasajeros a bordo.
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Aquel atardecer avanzaba hacia la isla de Giglio en la Toscana, porque su capitán, Francesco Schettino, decidió desviarla… para acercarse a la costa, como un gesto amistoso para con el maitre del barco, que había nacido en esa isla. Al menos, eso dijo en el juicio posterior.
Pero el crucero chocó contra las rocas en la costa, se abrió un gran agujero en el casco y el agua irrumpió con fuerza.Lo que se abrió fue una gigantesca vía de agua de 70 metros de longitud a lo largo del casco, que lo llevó a quedar escorado.
La falta de planes adecuados de evacuación y de formación para el pasaje agravó la tragedia.
Pudieron ser evacuados 4197 pasajeros, cifra que superó con creces la capacidad de hospedaje de la pequeña isla.
Al día siguiente del accidente, los equipos de salvamento hallaron los primeros cadáveres y la policía detuvo a Schettino, acusado de homicidio culposo múltiple, naufragio y abandono del barco.
Los restos del último desaparecido, un camarero indio que trabajaba en el barco, fueron encontrados en noviembre de 2014, casi tres años después.
En el juicio se demostraría que Schettino, que huyó de la embarcación nada más producirse el accidente, provocó el siniestro al ordenar el desvío de la ruta original y navegar demasiado cerca de la costa.
Pero además tardó más de 60 minutos en lanzar la señal de alarma. El capitán -el último en abandonar el barco según la normativa marinera, se escapó, dejando atrás a cientos de personas.
En una conversación que se difundió luego y tuvo lugar entre Schettino y el comandante de la Capitanía de Livorno, Gregorio de Falco, en los minutos fatales, este último le ordenaba entre gritos que volviera al barco y lo amenazó con hundir su carrera. No sirvió para que el capitán volviera ni ayudara a la tripulación y a los pasajeros.
Schettino fue condenado en febrero de 2015 a 16 años y un mes de prisión por homicidio involuntario, naufragio y abandono del barco.
Según EFE, el Costa Concordia pertenecía a Costa Cruceros, una de las principales navieras europeas. Con capacidad para acoger hasta 3800 pasajeros, el buque contaba con cinco restaurantes, 13 bares, cuatro piscinas y hasta un simulador de Fórmula 1. Las operaciones de rescate costaron 600 millones de euros.
El próximo 17 de mayo, Schettino cumplirá un tercio de los 16 años de condena por lo que podrá solicitar medidas para aligerar el cumplimiento de la sentencia. Considerado un «preso modelo» por las autoridades de la cárcel de Rebibbia -donde cumple condena-, Schettino cursa estudios universitarios de Derecho y periodismo.
EL CRONISTA.-