Las futuras epidemias podrían ser aún más letales que el COVID-19, por lo que no deben desaprovecharse las lecciones que ha aportado la pandemia y el mundo debe garantizar que está preparado para el próximo ataque viral, afirmó una de las creadoras de la vacuna de Oxford-AstraZeneca.
El nuevo coronavirus ha matado a al menos 5,2 millones de personas en todo el mundo, según la Universidad Johns Hopkins, ha hecho desaparecer billones de dólares de producción económica y ha puesto patas arriba la vida de miles de millones de personas.
“Esta no será la última vez que un virus amenace nuestras vidas y nuestros medios de subsistencia”, dijo Sarah Gilbert en la conferencia Richard Dimbleby, informó la BBC. “La verdad es que el próximo podría ser peor. Podría ser más contagioso, o más letal, o ambas cosas”.
“Esta no será la última vez que un virus amenace nuestras vidas y nuestros medios de subsistencia”
Gilbert, catedrática de vacunación de la Universidad de Oxford, dijo que el mundo debe asegurarse de estar mejor preparado para el próximo virus. “Los avances que hemos logrado, y los conocimientos que hemos adquirido, no deben echarse a perder”.
“No podemos permitir una situación en la que hayamos pasado por todo lo que hemos pasado y luego nos encontremos con que las enormes pérdidas económicas que hemos sufrido hacen que todavía no haya fondos para la preparación ante la pandemia”, añadió.
Según expertos sanitarios, los esfuerzos para acabar con la pandemia de COVID-19 han sido desiguales y fragmentados, y se han caracterizado por un acceso limitado a las vacunas en los países de bajos ingresos, mientras la población “sana y rica” de los países desarrollados recibe refuerzos.
Un grupo de expertos en salud creado por la Organización Mundial de la Salud para evaluar la gestión de la pandemia de SARS-CoV-2 ha pedido una financiación permanente y una mayor capacidad para investigar las pandemias mediante un nuevo tratado. Una de las propuestas consistía en una nueva financiación de al menos 10.000 millones de dólares al año para la preparación ante una pandemia.
El brote de COVID-19 se detectó por primera vez en China a finales de 2019. Se desarrollaron vacunas contra el virus en un tiempo récord.
Según Gilbert, la proteína de la espícula de la variante ómicron contiene mutaciones conocidas por su capacidad de aumentar la transmisibilidad del virus.
“Hay cambios adicionales que pueden significar que los anticuerpos inducidos por las vacunas, o por la infección con otras variantes, pueden ser menos eficaces para prevenir la infección con ómicron”, dijo Gilbert. “Hasta que sepamos más, debemos ser precavidos y tomar medidas para frenar la propagación de esta nueva variante”.