El mercado financiero argentino ha reaccionado con una marcada turbulencia a la reciente derrota legislativa del gobierno de Alfredo Cornejo. Los bonos globales denominados en dólares sufrieron fuertes caídas en las primeras horas de operaciones, lo que refleja una creciente incertidumbre entre los inversores sobre la capacidad del oficialismo para sostener su agenda económica.
El riesgo país, medido por JP Morgan, sumó 11 puntos y se ubicó en 1.311 unidades, una clara señal de alarma.
El revés parlamentario, marcado por el rechazo de la Cámara de Diputados a varios vetos presidenciales, se ha convertido en el factor principal de esta caída. Operadores del mercado consultados por Infobae y el análisis de consultoras como Grupo SBS y Outlier coinciden en que la derrota expuso la fragilidad política del oficialismo para imponer su programa de ajuste fiscal, un plan que había sido bien recibido por los inversores. La percepción de que el gobierno ha perdido margen de maniobra para controlar el gasto público y mantener las metas de déficit ha minado la confianza en los títulos soberanos.
Un freno a la agenda económica
El rechazo a los vetos a la emergencia pediátrica y al financiamiento universitario, que ahora pasarán al Senado, generó una ola de preocupación sobre el rumbo fiscal del país. Estas leyes, que implican un mayor gasto público y restringen la capacidad del Ejecutivo para ajustar partidas, contradicen los compromisos asumidos con organismos multilaterales y la necesidad de financiamiento externo.
La consultora Outlier explicó que esta derrota es una muestra de la dificultad del oficialismo para alinear a sus aliados en el Congreso, a pesar de los intentos de negociación con los gobernadores. Se espera que el Senado también rechace estos vetos, lo que podría profundizar la tensión política y tener un impacto significativo en la agenda fiscal, ya que se sumarían a la aún no promulgada ley de emergencia en discapacidad.
La paradoja del mercado: bonos a la baja, acciones estables
A pesar del fuerte movimiento en los bonos, las acciones de las empresas argentinas que cotizan en Wall Street (ADR) se mantuvieron relativamente estables, con movimientos de apenas décimas de punto porcentual. Este comportamiento refleja una desconexión entre el riesgo soberano y la salud de las empresas privadas. Los inversores parecen distinguir entre la incertidumbre política que afecta directamente a la deuda pública y el rendimiento de las compañías, lo que sugiere que la turbulencia actual se concentra en el plano fiscal y político, más que en la economía real.
