La sesión de la Cámara de Diputados volvió a quedar marcada por un episodio tan bochornoso como innecesario. Durante la exposición del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, las diputadas Lilia Lemoine y Marcela Pagano ofrecieron un espectáculo deplorable que rápidamente se viralizó en redes sociales y generó malestar en el propio recinto.
Todo comenzó cuando la extrovertida y controversial Lila Lemoine se paró deliberadamente frente a la cámara en el momento en que Pagano, integrante del bloque Coherencia, hacía uso de la palabra. El gesto, que fue interpretado como una provocación, desató de inmediato la reacción de la periodista devenida en legisladora, dando inicio a un cruce cargado de gritos, reproches y actitudes impropias del lugar.
Los gestos de los demás diputados fueron elocuentes: resignación, fastidio, bronca, asombro y hasta risas nerviosas se mezclaron en el recinto, confirmando que este tipo de episodios se ha vuelto una postal repetida del Congreso.
Las imágenes registradas en video no dejan lugar a dudas: el comportamiento de ambas legisladoras quedó grabado como un nuevo capítulo de payasesca improvisación política, que lejos de enriquecer el debate democrático, lo empobrece.
En un momento en el que la ciudadanía reclama seriedad, transparencia y compromiso real con los problemas urgentes del país, escenas como estas no hacen más que profundizar el descrédito de la política y alimentar el desapego social hacia sus representantes.
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