La campaña 2024/25 marcó un hito para el cultivo de girasol en Argentina. Con rendimientos sin precedentes y una notable recuperación en la superficie cultivada, el presidente de ASAGIR, Martín Salas Oyarzún, ofreció una mirada esperanzadora sobre el futuro del sector, aunque expresó su desencanto por la decisión del Gobierno de mantener las retenciones a las exportaciones del complejo oleaginoso.
«La merma en la producción de Ucrania y Rusia elevó los precios internacionales, lo que se tradujo en mejores ingresos para la industria y, en consecuencia, para los productores», señaló Salas Oyarzún. Este contexto favorable incentivó un crecimiento en la siembra, especialmente en provincias que habían disminuido su participación en este cultivo. «Se retomó la producción de girasol en Santa Fe, Córdoba, el norte bonaerense y Entre Ríos, gracias también a un trabajo sostenido en mejoramiento genético y prácticas agronómicas», añadió.
Aunque el Chaco, una de las zonas históricas para el girasol, enfrentó condiciones climáticas adversas durante el invierno, la producción nacional osciló entre 4,8 y 5 millones de toneladas, de acuerdo con distintas estimaciones. «Es el mayor rendimiento nacional promedio registrado hasta ahora», celebró. Este logro, aseguró, tendrá un impacto positivo en las exportaciones: «Aumentaremos la generación de divisas. Tradicionalmente, se destinaba un tercio al consumo interno y dos tercios a la exportación. Este año, posiblemente exportemos hasta un 75%», anticipó.
Las retenciones, en el centro del debate
En relación al escenario económico y político, Salas Oyarzún abordó la polémica sobre la continuidad de las retenciones. «Nos sentimos defraudados. Teníamos la esperanza de que se iniciara un proceso de eliminación. Entendemos el contexto macroeconómico, pero estamos convencidos de que sin retenciones el aporte del sector sería mucho más significativo», afirmó.
El dirigente valoró que se hayan reducido las retenciones para algunos sectores industriales no agropecuarios, pero consideró que el girasol también necesita incentivos específicos: «Con un régimen de amortización acelerada para inversiones, podríamos lograr un salto importante en productividad».
Para cerrar, Salas Oyarzún destacó la necesidad de un diálogo constructivo con el Estado: «Buscamos consensuar con el Congreso para avanzar lo máximo posible. Somos optimistas, pero también conscientes de que, sin un marco que fomente el agregado de valor desde el origen, el verdadero potencial del girasol quedará limitado».
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