La intensa actividad del Sol compromete la durabilidad de miles de dispositivos que se encuentran en órbita terrestre.
Desde hace algunos años, miles de pequeños satélites de la red Starlink giran alrededor del planeta con el objetivo de brindar conexión a Internet de alta velocidad. Esta infraestructura, desarrollada por SpaceX, revolucionó el acceso a la red global, pero ahora enfrenta una amenaza inesperada.
Los astrónomos y expertos en clima espacial observan con atención un comportamiento solar que está generando problemas serios. A medida que el Sol atraviesa una etapa de alta actividad, estos dispositivos tecnológicos sufren consecuencias cada vez más notorias.
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Tormentas solares: el nuevo enemigo natural de Musk
El avance del actual ciclo solar trajo consigo un incremento de tormentas solares, fenómenos que ocurren cuando el Sol libera enormes cantidades de energía en forma de partículas cargadas. Estas emisiones pueden alterar el campo magnético terrestre, generando tormentas geomagnéticas capaces de afectar seriamente los sistemas en órbita baja.
Los satélites Starlink, debido a su cercanía con la atmósfera, son especialmente vulnerables. Las perturbaciones provocadas por estas tormentas aumentan la fricción atmosférica, lo que acelera la pérdida de altitud de los satélites y, en consecuencia, su reingreso prematuro a la Tierra. Según Denny Oliveira, investigador del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, este tipo de eventos puede reducir la vida útil de cada dispositivo hasta en diez días.
Entre los años 2020 y 2024, ya se registró la caída de más de 500 satélites de la constelación Starlink. Y se espera que, en este período de máxima actividad solar, esta cifra aumente considerablemente, con posibles reingresos diarios.
Además de comprometer la durabilidad de los satélites, estas tormentas también afectan los servicios que prestan. Por ejemplo, una tormenta solar en 2022 afectó a 40 unidades, dejándolas inoperativas. Otro punto preocupante es que no siempre todos los fragmentos se desintegran completamente. En 2024, un pedazo de un satélite Starlink fue hallado en una granja canadiense, abriendo el debate sobre la seguridad y el control de los restos espaciales.
Ambito.-